Por Luis Adolfo Payares

El día de ayer tuve la oportunidad de ver la película protagonizada por el actor norteamericano Jim Caviezel. La película se basa en una historia real, de la vida del agente federal Tim Ballard, quien se propone meter a la cárcel a una poderosa banda de trata de niños, que son usados como objetos sexuales.

Todo hasta allí me parecía emocionante, pero cuando me di cuenta que la película tenía de transfondo y de escenario principal muestra querida Cartagena, me produjo enormes interrogantes. Se muestra de manera descarnada, escenas donde son metidos niños en contenedores y estos llegan hasta LA SOCIEDAD PORTUARIA, y son sacados hasta la zona turística para ser ofrecidos a clientes pedófilos internacionales.
Hace varios meses la senadora Angelica Gonzalez, denunció que varios concejales estarían al servicio de una red de trata de personas, todo esto lo dijo cuando estaba ad portas una posible moción de censura a la secretaría del interior Ana María Gonzalez. Todo esto quedó en el más completo mutismo, y lo más curiosos es que después de esta denuncia de la senadora, fracasó la moción a la funcionaria en el recinto del Concejo Distrital.

Cartagena se ha vuelto con el paso de los años en una ciudad muda. El cartagenero de a pie, no se atreve a reclamar lo mal que está la ciudad. En estos últimos 4 años los puntos negativos han crecido de manera enorme, pero todo sigue sin que nadie proteste, sin que nadie reclame, los gritos de algunos quedan en el abismo del olvido, o quedan en la frase que parece un epitafio: “ESO ES VIEJO”.

Estamos tan conformes que ya nos da igual ver a más de 3 mil prostitutas en el centro, incluso niños y toda clase de ofrecimientos a cielo abierto. Cartagena está en su peor crisis, pero su gente no mueve sus labios para gritar o reclamar.
El negocio de la trata de personas y de niños es un negocio más lucrativo que el narcotráfico, mientras que una bolsa de cocaina se vende una sola vez, un niño se puede vender hasta 10 veces al día, produciendo ganancias a sus malditos poseedores.
Los gremios, empresarios del sector turístico, tampoco dicen nada, se quedan callados ante las escenas que a diario se presentan a cielo abierto en el centro de la ciudad.

Según la película, hace varios años en Cartagena se preparó un operativo en las Islas del Rosario, comandada por el agente Tim Ballard que capturó a varias personas en este negocio de trata de personas, dentro de ellas estaba una ex reina de belleza que era la encargada de reclutar a las niñas.
Dentro de nuestra ciudad se entretejen muchas historias, que todo el mundo conoce, todo el mundo sabe, pero que quedan guardadas, sin eco, sin resonancia, para que nadie las escuche, porque definitivamente somos una ciudad MUDA.

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