Fuerte y claro, así se expresó la plenaria del Concejo Distrital de Cartagena, a propósito de las recusaciones expuestas por el concejal Carlos Barrios Gómez justo en la sesión en la que se debía escoger la mesa directiva para el próximo periodo. La decisión de la plenaria deja ver que la coalición se ha mantenido unida y han demostrado además que las decisiones de la misma deben ser respetadas.

Embolatar, confundir y tratar de sacar réditos a su favor habrían sido los propósitos de este hecho en el que, a juicio de los entendidos, debe quedar claro que como reza el adagio popular, ‘la ropa sucia se lava en casa’; es decir, la máxima instancia para dirimir cualquier situación en el Concejo Distrital es la plenaria. Sin embargo, la jugada maestra no le habría resultado al partido Cambio Radical teniendo en cuenta que el actual presidente de la corporación, Wilson Toncel Ochoa, está incurso en un prevaricato.

Lo primero que ha debido hacer el concejal Toncel, según los entendidos, es apartarse de la presidencia y tenía que asumir entonces uno de los vicepresidentes. Una vez dado este paso, se han debido escuchar las partes y no solo al concejal Carlos Barrios. Es en este punto donde la plenaria juega un papel determinante como máxima autoridad. La investigación debe continuar y de resultar que dichas recusaciones son improcedentes, tanto Toncel como Barrios podrían estar inmersos en acciones disciplinarias y penales.

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