Jolgorio, fiesta y un triunfo que están dando casi que cantado es lo que se escucha en el audio que se logró filtrar por parte de quienes acompañaban al mandatario distrital William Dau Chamat al momento en que se alistaban para la audiencia de juicio disciplinario que se le adelanta en la Procuraduría al mandatario distrital.
Se logra establecer que en compañía del alcalde estaban la doctora Mirna Martínez, jefe jurídica de la administración; Néstor Monterrosa, asesor; Gustavo Quintero Navas, abogado del mandatario y María Eugenia García, asesora.
Mirna Martínez: Imagínese que la acaban de aplazar. Acaba de llegar un correo donde dice que lo aplazan para el 23 a las 8:30.
Quintero: Ayyyyy Alcalde le tienen miedo.
Dau: ¿De verdad?…
Quintero: Le tienen miedo es a usted
Quintero: No, yo creo que ellos dicen ahora el alcalde se pone a hablar y nos dice nido de corruptos.
De nada sirvió la advertencia de una seguidora del grupo Salvemos a Cartagena quien les dijo que se escuchaba todo lo que se estaba hablando antes de que iniciara la audiencia de juicio disciplinario que sería retransmitida por la red social del mandatario distrital William Dau.
Quienes asistían a la diligencia acompañando al mandatario que estaba programada para las 8:00 de la mañana en una oficina, daban cuenta de comentarios en los que se escuchaba, entre otros: “la Procuraduría General le tiene miedo al alcalde Dau”. Igualmente se escuchaban comentarios alusivos a la serie de estrategias que se implementarían de cara a su proceso ante el Ministerio Público. En la conversación intervienen el alcalde William Dau Chamatt, el abogado Gustavo Quintero Navas y la jefe jurídica de la administración distrital Mirna Martínez.
En medio de este ambiente se escucha la voz del mandatario distrital, William Dau, quien se refiere también al gobernador del departamento, Vicente Blel y la necesidad de que cuente con los servicios de quien representa sus intereses ante la Procuraduría y sus contactos. Finalmente, se escucha cuando se percatan de que los micrófonos estaban abiertos y aseguran que, por fortuna no se había dicho nada grave.