Por: Danilo Contreras Guzmán
Retomo la pluma luego de mantenerla en remojo por varios meses por razones que no es del caso traer a esta página.
Lo hago en tiempos de crisis para la corriente progresista por la que hemos empeñado nuestro esfuerzo y acción política de estos ya largos años, no porque sea experto en atravesar mares procelosos, sino por una especie de imperativo categórico que me indica que no es el mejor mensaje para la política de estos tiempos abandonar un barco en la hora de la tempestad, como al parecer lo empiezan a hacer algunos líderes y militantes del Pacto Histórico ante los garrafales errores y torpezas en que ha incurrido la dirigencia regional, pero sobre todo la dirección nacional del Pacto, siendo la última de tales pifias, pisotear el derecho fundamental de participación política a numerosos dirigentes a los que sin justa razón les negaron avales para inscribir listas a corporaciones públicas en Cartagena y el departamento de Bolívar.
No había conocido hasta esta altura de mis experiencias, el caso de una formación política que intentará suicidio como lo ha hecho el Pacto Histórico por cuenta de las mezquindades, actitudes politiqueras y una especie de padecimiento que Lenin denominó en un ensayo de 1.920, “enfermedad infantil de la izquierda”, en el que dicho personaje acusaba a los comunistas alemanes de la época de aplicar una insensata “dictadura de los dirigentes” que apartaban a los lideres naturales de las masas para imponer criterios y liderazgos propios y caprichosos. Yo, sin ser leninista, he denominado, alegóricamente, a esa clase de dirigentes que han sido capaces de negar avales en las regiones para imponer componendas politiqueras e intereses inconfesables, como “enanos de la política”, pues quizás el calificativo de “infantilismo” pueda ser demasiado benévolo con lo funesto de los móviles con que han fraguado tales decisiones.
Muchos líderes del Pacto Histórico en Cartagena y Bolívar han empezado entonces a renunciar para buscar espacios políticos en donde anhelan, quizás ingenuamente, encontrar mayor sensatez y sentido común. Yo les he comentado a algunos con quienes he podido charlar, que no son ellos lo que deben renunciar a sus responsabilidades. NO. Son, por el contrario, aquellos que elaboraron una minuciosa enciclopedia de resoluciones y circulares cargadas de necedades y engaños, con las que estructuraron un proceso antidemocrático contrario a los ideales de una política que tienda a la ética y la innovación para aclimatar verdaderos cambios en el quehacer de lo público. Que se vaya esa dirigencia que no tenia la capacidad para asumir la complejidad de las responsabilidades de los cambios y no entendieron que la fuerza del progresismo está en las ideas y no en las poderosas “chequeras” que nuevamente manchan los propósitos de la política y se convierten en trampas para la acción transformadora.
No han entendido esos dirigentes que, utilizando las mismas herramientas de los clanes tradicionales, perdemos la batalla por doble culpa: la del descalabro en las urnas y, la otra que es peor, la derrota indigna por la claudicación en los ideales. Que renuncien ellos de las dignidades de los partidos del Pacto y den ejemplo de responsabilidad y contrición, quizás así purguen el daño que le han hecho a la causa del cambio.
Pero no todo está perdido. Por el contrario, en tiempos difíciles se acrisolan los ideales y los espíritus. Nuestra fuerza política, la que eligió por primera vez en los tiempos de nuestra existencia como nación a un gobierno genuinamente comprometido con la justicia social, la justicia ambiental y la superación de un Estado que despojaba y asesinaba a sus ciudadanos, está llamada a levantar las banderas del futuro, en un contexto universal donde los expertos han dicho que el modelo y la idea de progreso que ha alimentado la humanidad desde la primera revolución industrial, ha sido en verdad una formula de destrucción que ha hecho exclamar con dramatismo a Antonio Guterres desde la ONU que: “La era del calentamiento global ha terminado; la era de la ebullición global ha llegado”.
Tenemos dos propósitos en Cartagena. El primero: Reivindicar el Estado Social y Constitucional de Derecho que le da la garantía al presidente Gustavo Petro para defenderse de las fuerzas que aprovechan la tragedia familiar de un hijo expuesto a la fragilidad de la condición humana y los oropeles de la política para volverse contra su padre, e intentar consumar el propósito de tumbar al representante de la mayoría democrática que se expresó en 2022. Ese intento no se puede aceptar.
El segundo compromiso político, y no menos importante, es levantar en nuestra ciudad la causa del Pacto Histórico y las ideas progresistas, representadas ahora por el joven y honesto dirigente Javier Julio Bejarano, quien contra viento y marea logró el aval del Pacto para aspirar a la alcaldía de Cartagena. La trayectoria transparente del candidato y la generosidad que debe anidar en las almas de todo aquel que abrace las ideas progresistas, nos muestra, sin sombra de duda, cual es el camino que debemos tomar.
Yo caminaré esos senderos y cuestas escarpadas para ayudar a Javier y a la causa progresista, pues como escribió Séneca, nunca por el llano se alcanzan las cumbres. Espero lo mismo de miles de ciudadanas y ciudadanos libres de Cartagena que siempre han expresado en las urnas su voto inteligente y lleno de esperanzas por un futuro distinto y mejor.
¿Y quien tiene la culpa? Ahora que no salgan diciendo que un Tubo tuvo la culpa. Lo que hicieron con la militancia de la Colombia Humana los seudo Miembros de una mesa técnica del Pacto Histórico en Cartagena y por ende el Departamento de Bolívar debe ser investigado. Se ha cometido un Genocidio Electoral adrede con la Colombia Humana, desde la misma JNC al no saber con acierto Administrar la Dirección del Partido con la sapiencia de su Líder Natural Gustavo Petro, ganamos un Presidente pero se ha perdido la verdadera Unidad como Partido con Personería al ser una vez sometido a la suerte de unos incapaces dirigentes faltos de pertenencia por un Pacto Histórico como Coalición de Partidos a favor del Poder y menospreciado por el Egoísmo y el Interés personal.🇨🇴