El hallazgo este viernes del cuerpo de la pequeña Valeria Afanador, de 10 años, en el cauce del río Frío, mantiene abiertas varias incógnitas entre las autoridades y organismos de socorro de Cundinamarca, que durante 18 días adelantaron su búsqueda en zona rural de Cajicá.

Lo más inquietante es que el cadáver apareció a solo 300 metros del colegio donde estudiaba la menor, en un sector que —según las autoridades— fue inspeccionado más de 20 veces, la última de ellas el pasado miércoles.

El capitán Álvaro Farfán, comandante del Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca, aseguró que es poco probable que el cuerpo haya permanecido en ese lugar durante todo el tiempo que duró la búsqueda:

“No es un río de difícil acceso. Hubo 1.200 horas de vuelos con drones equipados con cámaras térmicas en la zona. Es improbable que la niña estuviera allí”, afirmó Farfán.

Por su parte, el gobernador Jorge Emilio Rey anunció que se investigará si el cuerpo fue colocado allí recientemente:

“Vamos a revisar si llevaba 18 días en el sitio o si fue puesto en el lugar después”.

El abogado Julián Quintana, representante de la familia, se pronunció en la red social X:

“Hoy nos embarga el dolor, pero también la firmeza: como representantes de víctimas no permitiremos que este atroz crimen quede en la impunidad. Exigimos justicia”.

Durante la búsqueda, las autoridades analizaron más de 20 terabytes de grabaciones de cámaras de seguridad para reconstruir la ruta que pudo seguir Valeria. Incluso, la Interpol emitió la semana pasada una circular amarilla para su localización, ante el temor de un secuestro.

La desaparición de Valeria mantuvo en vilo al país durante 18 días, en los que vecinos y familiares realizaron caminatas para exigir su regreso, mientras el gobernador pedía a la Fiscalía y a la Policía priorizar el caso.

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