El 21 de octubre de 1982, hace hoy 40 años, recibió el Premio Nobel de Literatura por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinaron en un mundo ricamente compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un continente. Su novela Cien años de soledad se considera precisamente la obra culmen del realismo mágico, y también la que dio origen a la literatura conocida con ese nombre a partir de 1960.
El día que la Academia Sueca le llamó para contarle que había ganado el más importante galardón de las letras del mundo, Gabo tenía 55 años. Esa mañana alteró su rutina diaria de escritura y su hijo Rodrigo García inmortalizó el momento, mientras Gabo sonreía en bata en el jardín de su casa de Aracataca con su mujer, Mercedes Barcha, abrazándole.
Podría parecer que ese día cambiaba su vida, pero en realidad había empezado a hacerlo en 1947, cuando como periodista firmaba sus primeros cuentos y redactaba centenares de crónicas para los periódicos El Universal, El Heraldo y El Espectador de Colombia y Momento de Caracas desde Europa, Venezuela y Estados Unidos, donde pasó un semestre en Nueva York.
En aquellos primeros años la literatura corría paralela a su pasión por ser cronista de su tiempo. El Harry Ransom Center, que atesora su archivo, conserva las galeradas del Ulises de James Joyce, un manuscrito de la Rayuela de Julio Cortázar y las cuatro páginas que conforman el único intento de escribir una novela de Borges, Los Rivero.Cien años de soledad representó un punto de inflexión en la carrera literaria de García Márquez.
A partir de aquí, empezó a desarrollar su talento con obras como Relato de un náufrago y El otoño del patriarca. También publicó numerosos ensayos en los que expresaba sus ideas políticas de izquierdas, lo que le granjeó bastantes críticas, tanto por parte de algunos gobiernos como también de una pujante clase media iberoamericana que se decantaba por el liberalismo.

