Por Luis Adolfo Payares
A Marina Barrios Carrasquilla, le tomé un cariño especial, desde hace más de 30 años. Una mujer trabajadora, solidaria y creativa, que un día como hoy se nos fue hace exactamente un año. Sus últimos días, debieron ser muy aciagos, sobretodo que no dejaba que sus amigos la visitaran, se sumergió en una crisis de emotividad y depresión a causa de una sola cosa: Fue despedida de manera injusta y temeraria de una de sus grandes pasiones, como lo eran las fiestas de independencia de la ciudad de Cartagena.
Mara era reconocida por ser una animadora especial, por las festividades del 11 de noviembre. Allí en el IPCC trabajó los últimos años de su vida, hasta que por orden del peor alcalde de la ciudad de Cartagena, fue despedida a pesar de que solo le faltaban pocas semanas para poder pensionarse definitivamente.
Desde esa fecha inició su calvario, ya que le quitaron su pasión, su fuego, su enorme motor que podía trascender las fronteras de la nación y el país, para producir ideas novedosas, cumplir con su labor que era nada más ni nada menos que traer clientes nacionales y multinacionales para que patrocinaran las fiestas de nuestra querida Cartagena. En eso no le ganaba nadie, podía reunirse en Cartagena con cualquier ejecutivo, de cualquier empresa, o en Bogota o Medellín, para sacar adelante sus ideas de comercialización.
Mara era una vendedora innata, aprendí con ella la labor de ventas que con solo una llamada podría conseguir más de 100 millones de pesos, y de esta manera poder cumplir con sus objetivos comerciales y traer el dinero para poder hacer las fiestas de la ciudad.
Las últimas veces que la llamé no me contestaba, no quería hablar, solo me decía que estaba bien, pero yo sabía que no era así, se estaba muriendo de desesperanza, por haber sido tratada de manera indigna, al ser botada de su gran pasión, por un alcalde que no ha aportado nada a la ciudad, solo atraso, muerte y desborden.
Reconozco que me hace falta, era mi consejera profesional en materia de ventas y comercialización, además de que tenía una creatividad increíble, la cual pudimos desarrollar juntos en varios proyectos.
La vieja Mara, sigue viva en mi corazón, la recuerdo siempre, y está líneas las hago solo para recordarla, y que sus enseñanzas se están guardadas en mi corazón.
Dios te tenga en su santo reino Mara.

