Para pasar de agache todas las malandrinadas que ha podido cometer Cynthia Pérez Amador en la administración de William Dau, debe haber una razón de peso muy especial, pues hoy en día el alcalde continúa defendiéndola como su fiel escudera y no la deja caer, como debió ocurrir desde hace ya algún tiempo, simplemente por el principio de legalidad y justicia.
Se sustenta Dau en que no hay nadie más que ella para escuchar sus secretos sobre la administración y es Cynthia aquella persona de alta confianza que, pese a todo lo que está sucediendo, hay que mantenerla firme en la batalla.

La Contraloría Distrital, con su accionar le ha demostrado a Dau que con un solo misil lanzado le derribó a uno de sus cimientos mas importantes, y lo puso a temblar y a hablar bajito en las redes sociales, donde la gente aún sigue respaldándole todas sus malandrinadas sustentadas en aquel argumento estúpido y baladí que se trata de una persecución política.
Lo que queda en evidencia es que el discurso anticorruptivo se le ha ido desmoronando, teniendo en cuenta que, de la botella se está tomando un trago, y lo peor, con la persona de su entera confianza de quien no esperaba que esto ocurriera. Falsos documentos, falsificación de firmas y, en fin, todo un entramado de corrupción al que se debe dejar a un lado porque eso poco o nada interesa.

pero esta haciendo lo que tanto condenó
¿Pero que lleva a Dau a tomar esa decisión de convertirse en el cómplice de Cynthia? La terquedad del alcalde lo lleva a manifestarle el agradecimiento a esta primera dama desde cuando ella desde allá de su humilde barrio El Reposo, en la zona Suroccidental de la ciudad, le trabajó fuertemente a una campaña política en la que nadie creía.
Se dio a conocer, en su momento Cynthia, por una labor como activista política en las campañas de Andrés, el Peca, Betancourt cuando colaboró decididamente en la recolección de firmas del movimiento Cartagena con Firmas.
Líderes y compañeros hablan de ella como una persona que se entrega al trabajo; es decir, una persona camelladora y firme en esta labor que exigen las campañas políticas que tanto esfuerzo y entrega denodada requieren. Aseguran que Cynthia estuvo vinculada a la campaña de Manolo quien la convenció para apoyar este proceso que, a la postre, se frustró por las investigaciones y los hechos de corrupción.
Esta mujer no ha estado ajena a los procesos políticos de la ciudad. Y cuando apareció en la palestra el nombre de William Dau Chamat, aseguran que fue el mismo Andrés Betancourt, quien le sugirió a Cynthia que lo acompañara en todo su proceso porque más de una sorpresa se llevarían en la ciudad. Fue así como la joven líder decidió comenzar el trabajo de la recolección de las firmas del grupo Salvemos a Cartagena y para ello necesitaba un grupo de jóvenes que impulsaran dicha labor.
El trabajo comenzó entonces a armarse con el ejército de muchachos a quien le cancelaban dos planillas con buenas firmas a 40 mil pesos el día. Y quienes se quedaron en el proyecto político comenzaron a hacer parte entonces de las llamadas bodegas y un trabajo sucio que requería Dau para llegar al poder. Aseguran que se contaba con muy buenas herramientas tecnológicas y dichas bodegas comenzaron a ubicarse en sectores estratégicos de la ciudad para contrarrestar todo lo que iba en contra del aspirante. Allí, se tenían otros líderes quienes manejaban este, uno de los aspectos fundamentales para que William Dau se mantenga en el poder y lance improperios a diestra y siniestra y todos salgan a respaldar su alevosía y faltas de respeto.
La ciudad se debatía entonces entre la China y William García y los apoyos de las clases políticas tradicionales. Aparece entonces un tercero quien con el respaldo de la gente del Centro Democrático, un trabajo sustentado en redes para desprestigiar y hablar mal de los demás y el trabajo de Cynthia y otros líderes comenzó a remar desde atrás y logró llegar sin un proyecto ni un plan de gobierno al Palacio de La Aduana.
Y es que hasta el sol de hoy no se vislumbra nada concreto para la ciudad por parte de este proyecto político. Solo luchas intestinas tratando de demostrar que los únicos limpios son quienes lo acompañan a él y los demás son una partida de malandrines. Claro está, se tiene que mantener el mandatario en la terquedad de demostrar que su mano derecha, Cynthia Pérez no es ninguna malandrina y que es una negra humilde venida del barrio El Reposo que hoy ha decidido dejar atrás sus orígenes para irse a vivir a Marbella.
Las cosas no se están haciendo bien por el lado de la administración y han encontrado quien ampare y mantenga a su gente pese a las malandrinadas. Aseguran que hay quienes le hacen el favor al alcalde en Bogotá para que el procurado se frene en su actuar porque hace mucho rato se esperaba por lo menos una suspensión. Los cartageneros aguardan con expectativa qué algo pase con este alcalde que, como dicen en los barrios populares, ni hace el arroz, ni presta el caldero.