Un avión llevó a Luis Fernando Díaz de Japón a Alemania, el lugar donde comenzará a escribirse el siguiente capítulo de su feliz historia.
Hasta el último día cumplió sus obligaciones con Liverpool, el club que lo convirtió en estrella mundial. Hizo la pretemporada a tope -como si fuera a quedarse-, vivió su ‘amor a primera vista’ con Anfield y la afición que le cantó de corazón en cada partido en el que dejó el alma en el campo y ahora se despide con la satisfacción del deber cumplido.
«Desde el primer día que llegué, siempre he estado feliz, tranquilo, disfrutando del fútbol que se juega en este gran equipo”, decía emocionado junto al trofeo de campeón de la Premier League, el título más importante de su carrera hasta ahora. Parecía que nada rompería el sueño. Pero de pronto pasaron cosas que no vio venir y ahora está listo para cambiar de rojo, el del Bayern Munich.
Díaz, infravalorado hasta el último día
¿Pero por qué Liverpool decidió no escuchar las demandas de su polifuncional atacante, si varios directivos entendían que tenía razón? «A sus 28 años de contrato y con dos años restantes, el Liverpool siempre ha irradiado relajación, incluso cuando el atacante realizó su mejor campaña como jugador de los Reds la pasada temporada para ayudarlos a ganar el título. Pero con 24 meses restantes para un jugador que tendrá 30 años al vencimiento de su contrato, el director deportivo Richard Hughes creyó que no había prisa por acelerar las negociaciones, teniendo en cuenta el peso adicional de una de las mayores facturas salariales del fútbol mundial, derivada tanto de un desembolso histórico de casi 300 millones de libras en los fichajes de este verano, como de las renovaciones para Mohamed Salah y Virgil van Dijk, dos de intachable jerarquía», dijo la fuente.
Eso fue un baño de realidad para Díaz, quien entendió que una impresionante campaña de 17 goles le iba a asegurar la continuidad en sus términos. Para rematar, cuando empezaron a llegar ofertas de Barcelona y el propio Bayern, la primera actitud de Liverpool fue rechazarlas y declararlo ‘intransferible’, lo que incomodó aún más pues le estaban negando lo que abiertamente no estaban dispuestos a darle.
Díaz y sus representantes se movieron rápido, pues siempre mantuvieron contacto con Barcelona y Bayern, y aprovecharon el interés en Alexander Isak, por quien Liverpool volvería a romper el mercado en una transferencia que rondaría los 100 millones de euros, para presionar la aceptación de la oferta de 75 millones de euros que finalmente llevará al buen Díaz al campeón alemán. Ahora ganará cerca de 14 millones de euros por año, mientras en Anfield rondaba los 3 millones. El cambio evidentemente es favorable. Liverpool, que nunca lo valoró lo suficiente, se lo pierde.
¿Hubo ‘promesas incumplidas’ en Liverpool?
Díaz nunca quiso hablar públicamente del incómodo tema de su status salarial, muy por debajo de los principales jugadores del equipo, incluso de quienes no tuvieron ni su continuidad ni su influencia en el último título de la Premier. Pero la inconformidad estuvo siempre ahí…
«El jugador de 28 años cree que las promesas se han roto sobre los planes de ofrecer mejores condiciones y, aunque admitió en servicio internacional en junio que idealmente le gustaría quedarse en Merseyside, donde está establecido con su pareja Gera y sus hijas, la falta de progreso en un nuevo acuerdo ha frustrado al extremo hasta el punto en que reveló abiertamente que también estaba en diálogo con otros clubes mientras estaba en su selección el mes pasado», explicó el diario Liverpool Echo.
En efecto, tras la última fecha FIFA, dijo que «estamos hablando con otros clubes, normal en el mercado», tratando de presionar una charla que le prometieron pero que nunca se desarrolló.

