Del ‘I have a dream’, de Martin Luther King se cumple este lunes 28 de agosto el 60 aniversario. La frase pronunciada por el luchador por los derechos civiles de los negros ante el monumento de Abraham Lincoln, en Washington clausuró una multitudinaria marcha de reivindicación en 1963.

«Yo tengo el sueño de que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad», reclamaba Martin Luther King con su voz clara y potente. (…) «Yo tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter. ¡Yo tengo un sueño hoy!

Más de 200.000 habían llegado a Washington el 28 de agosto de 1963 exigiendo el fin de la discriminación racial y las palabras de «Yo tengo un sueño» reclamaban unos Estados Unidos donde «todos los hombres de Dios» igualdad entre blancos y negros. «Yo tengo un sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: ‘Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales’.» y cada pausa del reverendo bautista era aplaudida por los miles de participantes venidos de diferentes partes de Estados Unidos.

El discurso del activista no alentaba la violencia, ni el odio o el rencor contra los blancos. «No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio», reclamaba Martin Luther King separandose del espíritu del movimiento las panteras negras que optó por responder con las mismas armas a la violencia de los blancos. Para el hombre que invocó su sueño esta no era la vía. » No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física».

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