* “Eso lo hacen en todas partes, eso es normal, aquí lo hacen desde hace rato”, son las palabras que dicen en la ciudad de Cartagena.
La denuncia nos llegó a través de un correo donde presuntamente la persona que pone en conocimiento esta práctica manifiesta que existe esta práctica en algunas academias, donde se imparte la enseñanza del béisbol, a muchachos que buscan una firma para el béisbol organizado.
Asegura el denunciante que durante varios años trabajó en varias academias en la ciudad de Cartagena se ha hecho regular esta práctica donde se les inyecta la hormona masculina, para engrosar sus músculos, aumentar su estatura e incrementar su fuerza a fin de elevar su desempeño.
“Uno de los efectos secundarios que produce el uso indiscriminado de esta sustancia es la disminución de los testículos y la atrofia de la glándula hipófisis, la cual es la que produce esta hormona, lo que acarrea una gran cantidad de efectos secundarios, que van desde la atrofia del sistema reproductor masculino, hasta el cáncer testicular.” Nos dijo un medico que consultamos.
Una fuente nos manifestó que si es cierto que esta práctica es recurrente en varias academias y “buscones” que entrenan a peloteros, pero nadie se atreve a decir nada, porque se vende la ilusión de obtener una firma, salir de la pobreza, cueste lo que cuesta, aún por encima de la salud.
La situación es de conocimiento público y parece normal, pero el tema es que no hay un seguimiento de cada pelotero, desde el punto de vista técnico científico, y si no hay un seguimiento con médicos especialistas, puede ocurrir una desgracia, por ejemplo la muerte de algún prospecto en el terreno de juego por paro cardiaco, o respiratorio.