Por Rubén Rodríguez

La historia de Cartagena se escribe a diario. Y cuando desde pelao pregunta uno de quién es la estatua que está ubicada en el Castillo de San Felipe, nos enteramos por medio de relatos fantásticos que corresponden a un personaje que fue almirante y se llamó Blas de Lezo. Con un ojo tuerto, un brazo inmovilizado y una pierna arrancada defendió a Cartagena de Indias del asedio británico. Corría el año de 1741.

Han transcurrido 282 años de historia. Un barrio en Cartagena lleva el nombre en honor de aquel almirante que soportó a fuerza de valor y berraquera el cercó de los británicos. Y al igual que por aquellos días, hoy este sector de la ciudad es asediado por una administración que lo tiene sumido en el completo abandono.

En el Plan de Desarrollo, la administración distrital poco o nada contempló la inversión en programas sociales para el desarrollo y la sana convivencia del sector. Y así como el sector de Blas de Lezo, la ciudad vive sumida o, más bien asediada por problemas, por ejemplo como la inseguridad o la matazón de gente de la que no escapa ningún barrio y ante lo cual no hay una respuesta concreta. Blas de Lezo como Cartagena, hoy carece de elementos que la integren como ciudad. Los problemas sociales hacen que la ciudad sucumba y se deteriore cada vez más.

Y ante el asedio de los conflictos sociales surgen elementos que dinamizan esa unidad y, al igual que en 1741, los habitantes de este sector de la ciudad, armados de valor y, hoy a ritmo de salsa, demuestran que, por ejemplo hay un simple aviso de color azul que los ha unido, que los identifica y que, como aquel personaje de la historia, están dispuestas a defender.

Para la comunidad de Blas de Lezo está claro que no hay cerco, ni disposición legal que evite que las letras de su aviso le sean quitadas. Y todo parece indicar que en la zona, al igual que a los ingleses en su momento, les han declarado la guerra a aquellos que dicen llamarse generadores de contenido, a los funcionarios poco o nada hacen por la ciudad y a un mandatario que ha estado de espalda a Cartagena.

El asedio continúa y, por fortuna, para los cartageneros de bien, solo restan 195 días para que esto concluya. Ahora, el deber y la responsabilidad es pensar bien en la elección de quien sucederá a aquel personaje que escudándose en que quería a la ciudad la atacó por todos sus flancos. Y allí están quienes, en un momento determinado de la historia le dieron completo apoyo a Dau y hoy se muestran como generadoras de cambio y transformación. Un mensaje peligroso y letal ante el cual debemos abrir los ojos.

Y finalmente decir que de este asedio que vivímos hoy son responsables factores externos como, por ejemplo, el Canal Caracol, canal que anteponiendo sus intereses en Cartagena promovió y sirvió de aporte a una candidatura que nos hundió en un abismo sin fondo. La influencia mediática que ejercieron los canales nacionales fue total. ‘Nos metieron un gol’ del que hoy aún no nos reponemos y al igual que aquel icónico personaje de la historia tenemos que pararnos firmes y defender nuestra ciudad de los asedios que están por venir.

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