Por Rubén Rodríguez García

Cuenta la historia que uno de los mayores orgullos para los cartageneros era su ciudad amurallada. Su Corralito de Piedra. Todo aquel que la visitara tenía que pasearse, casi que por obligación, por las callecitas del Centro Histórico y tomarse las fotos de aquellos escenarios que la hacen emblemática y acogedara. La historia también recuerda que la ciudad era por aquel entonces el ‘Noble rincón de los abuelos’ en la que con orgullo se recordaba que en este terruño comenzó a gestarse nuestra independencia.

Hoy, el Centro Histórico es tierra de nadie. Se cae a pedazos lo que los ancestros, a base de esfuerzo, construyeron con todo el amor para las generaciones venideras. Una Caterva de Vencejos, que hacen parte de la administración distrital, y que muchos no sienten en sus venas el verdadero orgullo de lo que significa ser cartagenero, intentan explicar con palabras lo que no han podido hacer con los hechos. Es preocupante ver cómo el Centro Histórico se desmorona mientras que las autoridades poco o nada hacen para superar una situación como esta.

Los problemas se agudizaron para Cartagena luego de la pandemia. Cuando comenzaron a hablar en todo el país y en la ciudad de los tan mencionados planes de reactivación para superar la crisis económica que había dejado el Covid-19. Y mientras en Colombia se intentaban reactivar las economías de la mejor manera, la Heroica fue entonces el ejemplo de lo que no se podía hacer.

Se dispararon de manera exacerbada los sitios de diversión nocturna en la ciudad amurallada. De manera casi que camaleónica se mimetizaron y con ellos llegaron igualmente el consumo y tráfico de drogas. El Centro Histórico de Cartagena comenzó a transformarse en un burdel sin control pues desde la administración no se contemplaba un plan claro de reactivación. Las voces de los propietarios de otros establecimientos como joyerías, restaurantes y demás no eran escuchadas cuando pedían a gritos que se pusiera freno a esta grave situación.

Lo que ocurre hoy en la ciudad, es el reflejo de lo que pasa en el centro de Cartagena. La falta de autoridad, inseguridad y todo aquello que afecta la imagen de una ciudad tan poderosa que por más que intentan acabarla, ella heroicamente se resiste. Desde el Concejo Distrital se oyeron las voces recientemente para que la administración distrital comience a trabajar en pos de la recuperación de este emblemático lugar.

Dice sabiamente el doctor Rodolfo Díaz Wrigth que si quieres que algo no funcione inventate unas mesas de trabajo. Y fue precisamente esa la conclusión a la que llegaron luego de debatir por horas en la corporación edilicia en torno a la tensa situación que vive el Centro Histórico. La ciudad está sobrediagnosticada y lo que se necesita hoy es que parte de esos recursos que le fueron aprobados a la adminsitración se destinen en la verdadera reactivación de la ciudad y principalmente del sector amurallado.

El sueño y el anhelo de muchos es volver a caminar el centro por las noches. Que las plazas se llenen de alegría y entusiasmo y no de borrachos y putas que la han ido transformando en un gran cabaret. Y ni que decir de los dueños de propiedades de este sector. Muy seguramente ante este trágico panorama no pueden salir si quiera a las terrazas de sus casas. Es triste y lamentable lo que pasa cuando en verdad no se puede demostrar e inspirar ese cariño que uno le tiene a sus zapatos viejos…

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