Hablar mal del alcalde Dumek Turbay se ha convertido tal vez en un negocio rentable para algunos medios de comunicación y portales independientes en la ciudad de Cartagena.
Los ataques y las ofensas proliferan por estos días en redes cuando se trata de atacar al mandatario distrital que, entre otras cosas, se ve que tienen que hacer ingentes esfuerzos para demostrar que el burgomaestre ha hecho muy poco y que tiene descuidados, a lo mejor, varios de los temas trascendentales e importantes para la ciudad.
Las palabras parecen ‘coger vuelo’ y, como en el caso del aeropuerto Rafael Núñez, pretenden convertir estos ataques en realides virtuales que terminan, en su gran mayoría, siendo expuestas como unas ‘fake news’ o noticias falsas que se desmienten solas o, en el mejor de los casos, las publicaciones mismas de la administración las desvirtuan.
Considero que el trabajo que realiza esta administración es digno de admirar y resaltar. Acciones puntuales en el ámbito social, de infraestructura, salud y educación dan fe de que se vienen moviendo en todos los frentes. El afán y el propósito de algunos medios que han sido, al parecer fletados, es hablar mal del alcalde hasta que se desvirtúe lo que se hace y, en el mejor de los casos, darle un sentido controversial en procura de sacar provecho para intereses particulares, principalmente, políticos.
Y cuando, por ejemplo, se cumple con una obra como la del reciente embarcadero de Playa Blanca que supera cualquier expectativa, para quienes hablan mal, lo mejor es obviarla y restarle importancia. A veces se hace necesario buscar hasta un lunar para dar inicio a los ataques.
Las obras quedarán y trascenderán en procura de demostrar que hay una administración que está pensando en beneficio de los cartageneros y que hoy se sienten respaldados por un alcalde y una administración que está llevando a Cartagena a un nivel superlativo.
Ya lo djo Benedetti: – estamos ante el mejor alcalde del país -. Es necesario que este mensaje se mantenga en la mente de los cartageneros para acabar con el ruido, el rumor y el chisme y no terminen por socavar lo que la administración ha venido haciendo en procura de trazar un nuevo norte para Cartagena.
Es pertinente tener claridad de que no es necesario un comité de aplausos para destacar lo que está bien y que lo que es susceptible de cuestionamientos se haga bajo argumentos proactivos que construyan y edifiquen siempre en beneficio de la ciudad. Lo demás solo reflejará envidia, rencor y una animadversión que no termina de entenderse.
Es necesario superar el afán de hablar mal del alcalde; cuestionar por cuestionar y nada más. Las grandes ciudades se construyen sobre la base de unirse en aspectos fundamentales. De lo contrario, seguiremos cohabitando en el ‘balde de cangrejos’ y, muy seguramente, nadie podrá salir de el. La tarea y el objetivo es superar la mediocridad y creer como lo dijo Obama en su momento durante su campaña que…SI SE PUEDE.