El exalcalde William Dau enfrenta un preocupante panorama político que lo tiene practicamente contra las cuerdas y rogando a San Gustavo o San Armando que lo tengan en cuenta para poder ingresar a la lista del Pacto Histórico.
En sus Envivos, como siempre, intenta güapear insultando con ese lenguaje soez que le falta al respeto a todo el mundo. Quiere demostrar que la mejor defensa es el ataque pero hasta el momento no ha logrado sacar redito alguno de esa estrategia pues ha quedado como ‘ternero huérfano’.
En algún momento de la historia durante su administración el exalcalde William Dau Chamatt le sugirió a un concejal de la ciudad que se mordiera el codo ante ciertas cicunstancias como un motivo de burla y mamadera de gallo. La verdad, uno no sabe cuando tras escupir para arriba, le va a caer en la cabeza.
Con una sola frase le están resumiendo a Dau desde la fría capital lo que está sucediendo con él y el escenario que se está planteado: – Dau, no te vistas…-. El exmandatario en sus redes se exalta y salido de casillas levanta la voz intentando decirle a la gente del Pacto que deben aceptarlo tras los favores y todo lo que hizo por esta colectividad de tiempo atrás.
No está de más recordar que la Procuraduría General de la Nación formuló cargos al exalcalde de Cartagena, William Jorge Dau Chamatt (2020 – 2023), por su presunta participación indebida en política al manifestar su apoyo a unas candidatas que aspiraban llegar a la Cámara de Representantes.
Los golpes que recibió el exalcalde hace unas semanas atrás por parte del señor Dayro Bustillo no han sido nada frente a este ‘matapuercazo’ que le ha propinado el Pacto Histórico al bembearlo y decirle que no están interesado en tenerlo en cuenta para la lista de aspirantes a la cámara baja del parlamento colombiano.
En definitiva, William Dau atraviesa uno de los momentos más difíciles de su trasegar político: sin respaldo sólido, con cuentas pendientes ante los entes de control y con las puertas cerradas en el Pacto Histórico. Su estilo confrontacional, que en algún momento le dio popularidad, hoy lo deja en la orilla del aislamiento y con el riesgo de quedar reducido a un recuerdo polémico más de la política cartagenera o, tal vez, a un escaparate olvidado en el cuarto de San Alejo.