Por Rubén Rodríguez

El fin justifica los medios, decía Nicolás Maquiavelo. En medio de un ambiente enrearecido como el que vive Cartagena donde los hechos de sicariato se cuentan por doquier, William Dau, con sus manos negligentes y ‘sucias de sangre’, está abrazando hoy una campaña política.

El cartagenero de a pie, entiende que al brindar dicho respaldo a la candidata, la hace cómplice y corresponsable de lo que sucede en la ciudad. Es urgente que se le hable claro a la opinión pública porque esto no se omite con simples comunicados de prensa, Envivos a través de redes o programas de televisión en los que se salga a decir que se es víctima, para nada, eso es cuento.

Lo que se está recogiendo hoy, fue lo que se sembró infortudamente hace cuatro años. Los problemas que agobian a La Herocia se convierten en un cáncer que hace metástasis. No hay respuesta ni tratamiento efectivo que le haga frente a esta dura realidad que se vive en la ciudad. Al menos por ahora.

Todo parece indicar que el abrazo y el respaldo que le brindaron ayer a Dau hoy lo está devolviendo a dicha campaña y a un costo muy alto. Llegará el momento entonces, porque estoy seguro que así será, que los cuestionamientos se tendrán que hacer. El pueblo quiere escuchar a sus dirigentes y líderes para que le hablen con la verdad, dando la cara y cuestionando seriamente lo que está sucediendo. Lo más seguro es que, de triunfar la campaña que respalda Dau, será la conitinuidad de este mediocre mandato que tuvo la ciudad y que anhelamos sea historia.

Para nadie es un secreto que los hechos de sicariato no para en Cartagena. La cifra parece no estremecer a las autoridades y tratan de restarle importancia: – los hechos de inseguridad son solo una percepción -, aseguró recientemente ante el Concejo Distrital, la secretaria del Interior, Ana María González.

El Centro Histórico es un burdel a cielo abierto en el que la autoridad brilla por su ausencia y cada quien hace lo que le viene en gana. Hay quienes se atreven a decir que Cartagena tiene una sede de lo que fue, en su momento, la Calle del Cartucho en la capital de la República.

Y ante un panorama como este, todo parece indicar que lo único que le interesa al alcalde William Dau es impulsar o brindar ese respaldo a toda costa a esta campaña política; lejos, eso sí, de encontrar solución o respuestas, a los problemas que hoy agobian a los cartageneros.

Por el mal llamado ‘correo de las brujas’ me enteré que son varias las dependencias que vienen apoyando dicha campaña: Participación Ciudadana, Familias en Acción, Secretaria de Educación, Planeación y han ido han sumando a este proyecto político a las Alcaldías Locales.

La estrategia que se viene utilizando es la capacitación como medio de reclutamiento de líderes en favor de los intereses de la campaña que apoya Dau. Fueron las capacitaciones, recuerdo bien, las mismas que cuestionó meses atrás porque se estaban robando el billete en las alcaldías locales.

Me dicen, por ejemplo, que están contratando con algunas JAC capacitaciones en liderazgo y el gerente del proyecto es, más ni menos, que Reynaldo Manjarrez, exalcalde local de la Localidad No 2 durante la administración de la exalcaldesa Judith Pinedo. Las contrataciones se han establecido a través de universidades como la de Cartagena, la Rafael Núñez y la San Buenaventura.

Está claro que comenzó la carrera por la alcaldía de Cartagena y no se puede caer en el continuismo. La lucha frontal debe ser contra quienes han acabado la ciudad y se disfrazan de anticorruptivos. La realidad les ha quitado la máscara y ha permitido ver qué clase de personas son. Detrás de todo este plan maquiavélico que ha montado Dau y, en medio del caos que vive Cartagena, debe llegar el fin, debe cesar esta horrible noche. Y que la campaña a quien él brinda apoyo, hable claro: ¿seguirá siendo cómplice o hablará con la verdad?

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