Cuando el engaño, la mentira y la farsa aparecen como los protagonistas de un entramado con el que se pretende dar un giro para entregar la concesión de alumbrado público a dedo, los cartageneros comienzan a generar los cuestionamientos de rigor y se plantean que algo no está bien.

En solo cinco días, del 8 al 12 de noviembre, el alcalde William Dau, cambió el libreto para poder acomodar un escenario perfecto en el que solo queda la opción que él propone y no prorrogar la concesión actual. El domingo 8 de noviembre, el audio que se conoció a través de los medios de comunicación por parte del burgomaestre, daba cuenta de que el distrito no había recibido la documentación y los respectivos estudios por parte de Findeter sino hasta el mes de junio.
De esta manera, Dau trataba de justificar que no habían tenido el tiempo suficiente para socializar las propuestas sobre el alumbrado público y que el Distrito no tenía, en sus manos dichos estudios. A esto, según el mandatario, se le sumó la situación de la pandemia.
El concejal Javier Julio Bejarano, por su parte en la sesión de ayer, expuso lo dicho por el alcalde y le solicitó a la Jefa de la Oficina Jurídica, Mirna Martínez, que le certificara el mes en que dicha entidad le hizo entrega al distrito de los estudios que arrojaban el resultado sobre la que podía ser la mejor opción para el alumbrado de la ciudad. “Dijo el alcalde que el alcalde que el estudio de Findeter lo había recibido en la fecha de junio y me gustaría que la doctora Mirna nos certifique cuándo se le hizo entrega por parte de Findeter de los estudios que arrojaban cuál era la mejor opción para la contratación del alumbrado público de la ciudad”, puntualizó el concejal.

En la misma sesión del Concejo Distrital, Mirna Martínez, jefe de la Oficina Jurídica, expresó que el documento había sido radicado por la administración distrital en el mes de enero de 2020 y durante todos los primeros meses se cumplió entonces con la socialización de los productos entregados.
El 12 de noviembre, el mandatario distrital, luego de quedar en evidencia por parte de su jefe de la Oficina Jurídica, reconoció que iba a abrir la licitación pública y, contrario a lo que dijo el 8 de noviembre, manifestó que efectivamente tenían los documentos desde principios de año.
Pese a que la administración insiste que todo será transparente, en el ambiente hay malestar pues líderes y veedores, aseguran desde ya que todo apunta a que el contrato de alumbrado público tomará camino hacia la capital del Atlántico con la empresa Alumbrado Público de Barranquilla. Lo que se dejó entrever ayer en plena sesión es que pareciera que el contrato ya tiene un dueño porque el mandatario incumplió su promesa y hay un afán de adjudicarlo a dedo.
Lo cierto es que el alcalde tiene la sartén por el mango, y de llegar a ser escogida la empresa barranquillera, quedará una vez más en evidencia la cercanía que se ha establecido por parte de la administración con las familias poderosas de la Costa Caribe y que para nadie es un secreto: los Char y los Araújo.
“No es cierto que haya una preferencia por alguna de las empresas, todas están en igualdad de oportunidades y llegado el momento del proceso, en caso de ser aprobado el proyecto de acuerdo por parte del Concejo, se hará el procedimiento para el contrato interadministrativo y se acogerá la empresa que tenga la mejor opción, y que se ajuste a las necesidades de la ciudad como dijo Findeter en su estudio muy completo”, manifestó la administración.