Por: Luis Adolfo Payares Altamiranda
El filósofo Sócrates defendía la tesis de que la administración, es una habilidad personal “separada del conocimiento técnico y de la experiencia”. Lógicamente esta tesis fue reevaluada con la fusión de estas dos variables, que hoy son inseparables dentro de un proceso administrativo.
Mucho tiempo después con el auge de la administración moderna se introdujeron variables más emocionales que racionales en el proceso administrativo, como la gerencia estratégica, que plantea la identificación de amenazas y oportunidades externas en una empresa, al igual que las debilidades y fortalezas internas, el establecimiento de misiones de una compañía, la fijación de objetivos, el desarrollo de estrategias alternativas, el análisis de las mismas y la decisión de cuales escoger, como el talento humano, que antes era llamado recurso. Y la inteligencia emocional.
El método de administración del alcalde WILLIAM DAU no sabemos dónde ubicarlo. Está dentro de una ortodoxia compleja que araña varias aristas muchas veces incomprensibles, gracias a su carácter pendenciero.
Su falta de conocimiento técnico administrativo, trae como resultado que sus alocuciones lo muestren como veedor y no bajo la investidura de alcalde: acusa, señala, y acude al pasado para justificar sus fallas. Fallas que muchas veces son por su falta de experiencia en lo público, por carecer de inteligencia emocional, la cual se refiere a las capacidades y habilidades psicológicas que implican el sentimiento, entendimiento, control y modificación de las emociones propias y ajenas.
Una persona emocionalmente inteligente es aquella capaz de gestionar satisfactoriamente las emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás. Y es aquí donde falla de manera reiterada el burgomaestre, enfrentándose a sus “grupos de interés”, pues acude a la confrontación y no a la conciliación, característica que debe ser fundamental para todo aquel que pretende manejar los destinos de una ciudad.
La administración pública es muy compleja, el mandatario debe lidiar con muchos intereses particulares, los cuales deben converger hacia lo colectivo, y es allí donde vemos la principal carencia de William Dau, su confrontación constante, con los gremios, con los políticos, con los empresarios, con la prensa, con los jueces, señalándolos de corruptos, lo cual solo contribuye a que haya más división y no se avance en medio de una pandemia que está acabando con muchas vidas.
Alcalde, desde esta tribuna le expresamos de manera respetuosa, que busque entender y aprender, usted ha dicho que es primiparo en administración. La confrontación no ayuda en medio de esta pandemia, sobre todo aquella que acusa, que señala y que divide. Queremos saber como se va a reactivar la economía de la ciudad, el turismo, y todas las diferentes formas de producción, de eso poco conocemos.
Esta ciudad requiere de un liderazgo positivo y de iniciativas concretas que permitan sacar a Cartagena de las dificultades en la que se encuentra sumergida, que todos sabemos que no son culpa suya, pero que decidió aceptar cuando ganó las elecciones a la alcaldía. Nuestro bello “corralito” se ahoga en medio del odio y la desigualdad que usted Alcalde, con tristeza lo digo, está incitando cada vez más y más.
Excelente Escrito de mi colega y amigo Dr Rodolfo Diaz Wrigth que retrata en forma Clara lo relativo a la situacion financiera del Distrito,Como conocedor de la Hacienda Publica debemos hacer gestion Tributaria y hacer el Cobro del impuesto a la Plusvalia ya que la zona Norte con todas las obras que ha realizado el Gobierno Nacional ha favorecido a numerosos empresarios que serian sujetos de ese impuesto,Por eso opino que lo mejor es el Saneamiento y cobrar dicho impuesto