Como una ‘pataleta de ahogado’, así con esta frase y expresión popular los entendidos en la materia, tratan de explicar la aspiración del concejal Javier Julio Bejarano, quien recientemente señaló que, por el hecho de ser minoría en la corporación edilicia, y luego de votar por el mismo, le asistía todo el derecho a asumir la presidencia del Concejo Distrital de Cartagena.
Señalan que la reclamación de Bejarano es infundada y no le asiste derecho alguno, dejando claro que la elección no lo favoreció y manifiestan que no es el concejo el ente que tenga las competencias para revocar directamente el acto de elección.
El concejo, en caso tal, pueda revocar y tiene que ser la plenaria de la corporación que fue quien expidió el acto, previo el cumplimiento de la actuación administrativa interna correspondiente. En este caso, explican que, sólo si los elegidos dan su consentimiento expreso y escrito para que sea revocado el acto de elección que creó un derecho a favor de ellos.
El escenario de la nulidad de la elección se dará entonces ante la justicia contenciosa administrativa con medio de control de nulidad electoral, pero, explican, que tal como ocurrió la elección no habría causal de nulidad. Todo fue transparente y legal pues a la luz de la democracia, eligieron las mayorías.
FRÍAMENTE CALCULADO
En el caso particular de Bejarano, señalan los juristas, se la jugó como el Chapulín Colorado para que todo estuviera fríamente calculado. En el comienzo del periodo, el concejal hacia parte de la coalición que respaldaba a la administración del alcalde William Dau. En su momento, este era un impedimento para aspirar a la presidencia de la corporación pues la ley le obliga a ser oposición para ser tenido en cuenta.
Fue entonces cuando apareció en las redes sociales determinando que, a través de una carta, marcaba su separación de la administración y daba un salto para mantenerse al margen de las decisiones argumentando que no eran tenido en cuenta y que el mandatario no le respondía ni las llamadas ni los mensajes.
Este sería el acto para demostrar su disgusto y dar un paso en procura de su anhelada presidencia pues siendo oposición y minoría el paso era expedito para dar inicio a la puja que hoy ha comenzado a recorrer en procura de lograr su propósito.
Cabe recordar que el concejal Bejarano afronta un proceso de nulidad de su elección como concejal para el periodo 2020 – 2023 que fue admitido en el Tribunal Administrativo de Bolívar y del mismo ya se ha celebrado una audiencia.
En su momento, el recurso fue presentado por Giovani Cabeza Arévalo, el 28 de enero argumentando una supuesta doble militancia por parte del cabildante, ya que 12 meses antes de su inscripción como candidato por la Coalición Alternativa Cartagena, que fue la unión entre los partidos Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) y el Polo Alternativo Democrático, aún era miembro del Partido Alianza Verde.