Quince días después del estallido del cajero de Bancolombia, los turbaqueros no logran reponerse, y piden a las autoridades que intensifiquen sus patrullajes y su presencia policial, toda vez que hay temor entre los habitantes de esta población del norte del departamento de Bolívar.

Aseguran que los delincuentes no han sido identificados y lograron hacerse a un botín que superaba los 150 millones de pesos. “Lo que le estamos pidiendo a la autoridad es que se dispongan a intensificar la percepción de seguridad y que uno sienta que hay presencia policial en el municipio. Luego del estallido del cajero no hay tranquilidad en algunas zonas de Turbaco”, aseguró uno de los vecinos del cajero que fue destruido el 3 de agosto con pólvora negra para llevarse todo el dinero que contenía.

Pese a que las autoridades revisaron las cámaras de seguridad de negocios y de establecimientos cercanos al lugar, no se han logrado identificar a los delincuentes. Lo único que se tiene hasta este momento es que fueron cuatro malhechores en total y que salieron en un vehículo negro.

Los habitantes de Turbaco señalan que jamás en el pueblo se había registrado un robo de esta manera, como si fuera de película y ponen en duda que las autoridades logren dar con los delincuentes. “Todo estaba como muy bien medido. El tiempo, la cantidad de pólvora. Y la angustia le queda a uno porque lo que queda en evidencia es que la delincuencia está dos pasos por delante de las autoridades”, señaló un líder de esta población quien por su seguridad prefiere mantener bajo reserva su identidad.

Finalmente, los turbaqueros manifestaron que la inseguridad se ha desbordado en la mayoría de los barrios y sectores de Turbaco y se requiere de un trabajo mancomunado con la Policía para lograr dar con la captura de dos o tres bandas que están golpeando fuertemente la población.

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